Cuando vi por primera vez los dibujos de Power Paola en lugar a dudas, a ella la habían invitado para que expusiera en la Vitrina. Eso fue en el 2010. Dentro del espacio, había dispuesto una mesita con una silla en la que se sentaría todas las tardes, durante 14 días, para dibujar los transeúntes de la calle 15 con 8va norte.

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Ocho años después, sus amigos decidieron llevar a la pantalla grande su primera novela gráfica, Virus Tropical, la cual ha sido editada en diferentes partes del mundo. El pasado viernes 27 de abril conversamos con Santiago Caicedo, director de la animación, sobre su proceso de producción y realización.

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M.A.: Quería que me hablaras sobre las motivaciones para hacer esta película.

S.C.: Pues la motivación básica era hacer una película. La novela gráfica estaba allí, Paola es una buena amiga que conozco hace mucho tiempo. Habíamos trabajado en proyectos audiovisuales. Cuando ella terminó su novela le dije que hiciéramos la película y ella dijo que sí. Ese fue el proceso. Más allá de tener una misión específica, como la necesidad de contar algo, fue el deseo de llevar el cómic al cine, por el placer de hacerlo.

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M.A.: Algo que me llamó la atención del proceso de producción fue haber recurrido al crowdfunding. ¿Por qué recurrir a esta forma alternativa de financiación?

S.C.: La película contó con un fondo del FDC, con eso empezamos el proceso de producción. Sabíamos que todo lo que iba a pasar con el fondo iba a ser difícil. Ellos empezaron con los premios de animación, pero no conocían muy bien las etapas que tenía una producción. En un momento del proceso, no sólo nos quedamos sin dinero, sino que no pudimos cumplir con el contrato por cuestiones de tiempo para terminar la película. Y ellos hicieron algo que es extraño, normalmente una película cuando tiene problemas es por presupuesto o por tiempo, y ellos nos castigaron quitándonos las dos cosas: tiempo y presupuesto. Entonces nos quedamos bloqueados en la parte del proceso y acudimos al crowdfunding como un apoyo, como una forma para poder terminar la película y en los procesos que nos faltaban. Fue muy chévere porque tuvimos mucho apoyo y la recompensa fue muy bonita. La gente que puso dinero para ayudar a terminar esta película, aparece en la película como extra animado o como extra estático, dependiendo de la cantidad de dinero que pusieran. Por otro lado le ayudaban a la película a existir, que empezaran a hablar de ella, fue un proceso de comunicación muy interesante.

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M.A.: ¿Esto en qué le aporta a la forma cómo llevaron a cabo la producción?  

S.C.: Le aportó mucho porque nosotros al vernos apretados a nivel de financiación nos vimos obligados a trabajar en la película de una manera muy especial. Nos empezamos a apoyar mucho en el dibujo, en buscar la manera en que la animación no fuera costosa sino que fuera rápida de producir. Eso se volvió parte fundamental del lenguaje de la película, una estética un poco cruda o punk, un poco boceto. Esa negociación, vernos obligados a usar esa forma alternativa de hacer las cosas y solucionar los problemas creo que finalmente le terminó aportando mucho a la película porque la hace muy especial en su estilo.

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M.A.: ¿Qué técnica de animación fue usada?

S.C.: Fue una técnica de animación muy básica, nos apoyamos mucho en el dibujo. Power Paola hizo más de 5000 dibujos para la película. Hizo todos los elementos que componen las escenas, todos los prox, el diseño de todos los personajes. Hubo una labor increíble de ella, su trabajo incansable duró 3 años para esta película, eso fue la mina de oro y la base de material para trabajar. Y todos los personajes se animaron con una técnica vectorial muy básica, eso les daba la posibilidad de trabajar muy rápido. Y como tenían la posibilidad de trabajar rápido y de ver los resultados inmediatamente, lo que trataron de hacer fue adaptarle a los personajes mucha vida. Se concentraron mucho en que las actuaciones tuvieran peso, que los personajes se sintieran muy reales, que uno pudiera realmente conectarse con ellos a través de sus movimientos y de su vestuario. Esa técnica les dio la posibilidad de ser muy agudos al momento de animar.

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M.A.: ¿Has pensado animar otras de las novelas de Power Paola?

S.C.: No realmente. Lo primero que hicimos juntos fue en el 2011, un cortometraje que se llama Uyuyui. Ese fue el principio de todo, el arte lo hizo Paola y Carlos Antonio Lozano que hizo la adaptación de Virus Tropical, hizo el guión de Uyuyui. Yo hice la dirección, mi esposa que es Adriana García hizo la música, y ella también hizo la banda sonora de Virus Tropical. Lo que ha pasado es que hemos aprendido a trabajar sobre todo entre amigos, se vuelve como una pequeña familia de trabajo muy chévere. Después de hacer el corto hicimos el largo. En este momento dijimos “hagamos otra película”, “nos juntamos, lo que sea”, pero seguramente la próxima película no será la continuación del Virus Tropical, sino que será una película hecha por el mismo parche, pero con otro tema.

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M.A.: Háblame de la banda sonora, de la agrupación.

S.C.: Sí, para mí la música es algo fundamental, es muy importante. Empezamos basándonos en una especie de playlist que se armó a partir de la novela. En la novela se hace referencia a ciertas canciones de la época, esas canciones pasan por Héctor Lavoe, Rolling Stones, Pink Floyd, Cristina y los Subterráneos, pero nosotros obviamente por presupuesto y derechos no íbamos a poder tener ninguna de esas canciones. Lo que hicimos con Adriana fue empezar a construir ese universo sonoro de la película a partir de esos referentes y buscar también cómo podrían esos referentes sonar, qué tipo de música se podía escuchar en esas ciudades y cómo podían ser esos ritmos que podrían a uno ayudarlo a conectar con esos espacios. Entonces se creó una banda sonora de 0, donde hay un tema principal que va evolucionando y se vuelve el tema de cierre. A parte de eso, hay varias canciones que entran, esas canciones fueron hechas por Adriana García, hay otra de Amadeo González y hay otra de las Malas Amistades. Todas las personas que trabajaron construyendo la música son dibujantes. Son amigos contemporáneos. Por ejemplo las Malas Amistades es un colectivo bogotano de dibujantes, Amadeo González que tiene la canción del Marciano, es un caricaturista, ilustrador peruano y Adriana García es también artista dibujante. Lo que se logró fue que en la música se sintiera un poco lo que hablábamos ahorita sobre el proceso de animación y de encontrar esta técnica fuera muy artística, muy apropiada, pero que fuera también poco costosa. Se vuelve algo muy indie, una música que se siente muy fresca, algo muy do it yourself. A esta artesanía se le siente mucho amor y calidad en el contenido, no a la forma de afuera sino a la de adentro.

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M.A.: Como que fue un proceso de producción muy maleable.

S.C.: Hubo un proceso de aprendizaje. Si vos miras la peli, esta se animó en orden cronológico, la animación al principio es mucho más tiesa, mucho más acartonada, el lenguaje cinematográfico es menos evolucionado y después de esos cuatro años que estuvieron trabajando en la parte de producción de la película, al final ya estaban hechos unos duros, solucionando problemas muy rápido, podían darle a los personajes unas actuaciones mucho más fluidas, mucho más bacanas, mucho más humanas, con las que uno puede conectar mucho mejor. Lo que hicieron en el proceso fue precisamente eso, meterse en un problema e ir tratando de solucionar paso a paso. Esas soluciones van cambiando a medida que uno va aprendiendo y evolucionando la técnica. Con el tiempo va aprendiendo “mañas” o formas o herramientas para solucionar los pasos mientras se va enfrentando a uno nuevo.

La película será estrenada en salas el próximo 17 de mayo. Actualmente en la sala Maritza Uribe, del Museo la Tertulia, se encuentra la exposición De frente Me escondo, donde se puede apreciar todo el universo gráfico de la artista Power Paola: sus dibujos, libros, afiches, fanzines.