Andrea Barragan“Haciendo las paces con Víctor Gaviria:
la primer semana en la Cátedra Cinemateca”

Por Andrea Barragán R
Egresada de Medios Audiovisuales con Énfasis en Cine*
Politécnico Grancolombiano
[textmarker color=»F76B00″ type=»background color»]CORRESPONSALES[/textmarker]

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Nunca me gustó La vendedora de rosas, hasta ahora. Era un mal sabor en la boca, dos horas en una mezcla de incomodidad y desagrado viendo algo que me hubiera gustado NO ver; era una realidad que no asimilaba al ritmo de la película. Hace poco la repetí y fue un hecho revelador.

Fig. 1La CÁTEDRA CINEMATECA 2013: Éticas, estéticas y políticas del cine colombiano; es un espacio que abrió la Cinemateca Distrital, en asocio con la Maestría en Estudios Artísticos y Artes Plásticas y Visuales de la Universidad Distrital, la Maestría de Escrituras Creativas de la Universidad Nacional y el Departamento de Artes Visuales de la Pontificia Universidad Javeriana, para analizar y generar reflexión académica sobre la cinematografía nacional (1). Yo fui una de las afortunadas que fue seleccionada para participar de este nuevo espacio y considero que la Cátedra Cinemateca cumplió su cometido.

El lema de la Cinemateca Distrital es “Transformando Miradas desde 1971” y yo soy un clarísimo ejemplo de esto. La película proyectada en la primer sesión de la Cátedra Cinemateca fue La vendedora de rosas de Víctor Gaviria y esta sesión, junto con la socialización entre los participantes y el moderador, más la investigación sugerida, fueron claves para empezar a mirar el cine de Gaviria de otra forma.

El nuevo impacto generado por La vendedora de rosas me motivó a ver sus otros largometrajes (Rodrigo D. No Futuro y Sumas y Restas). Entrar a este mundo de Víctor Gaviria fue como descubrir un tosoro que me hacía falta en el cine nacional, lo más paradójico es que estaba en mis narices y hasta ahora que lo re-veo, lo descubro.

No se si fue por jóven, por ser inmadura en el análisis audiovisual, por que estaba prevenida por otras opiniones, por una cosa generacional, o por el contexto social en el que ví la película; pero por “x” o “y” razón, la primer vez que vi La vendedora de rosas la guardé en un cajón casi que huyendo de ella, sin profundizar en el director, ni en la forma de realización, ni en la realidad que nos mostraba. La crudeza de la película no me hizo llorar, ni sensibilizarme; todo lo contrario, creo que bloqueé sentimiento alguno y procuré olvidarme de ello; hasta que la enfrenté la mañana del sábado 28 de septiembre, años después, en la Cinemateca Distrital.

Al finalizar la proyección de La vendedora de rosas yo sólo podía respirar y estar en silencio, el espacio de los créditos fue necesario (como en pocos filmes) para descubrirme sentada en la silla de una sala, aterrizar mis sentimientos e intentar esclarecer algunos pensamientos. Al mismo tiempo, estaba feliz de ver todo lo que no había visto antes, de descubrir una película nueva y un realizador que quería conocer.

En la siguiente sesión de la Cátedra, Julián David Correa (Director de la Cinemateca Distrital) dió su conferencia Magistral “Víctor Gaviria y su obra: Un Autor en quien nos reconocemos” (2) . Con su conferencia, Julián hizo suscitar en todos los presentes tan distintos razonamientos, cuestionamientos e impresiones sobre la obra, que terminó siendo una sesión fascinantemente retroalimentadora y por ende enriquecedora. Todo lo que despertó el cine de Víctor Gaviria en un público tan diverso (como lo somos los participantes de la Cátedra Cinemateca), visto desde diferentes puntos de vista, generaba debates tan válidos que daban ganas de sentarse a escribir o de compartirlos con familiares y amigos. Yo estaba realmente sorprendida y debo decir que es la conferencia que más he disfrutado, todos en el teatrino del Jorge Eliécer Gaitán nos contagiamos de una energía vibrante.

La primer semana de la Cátedra Cinemateca cerró con el taller de escritura de Pedro Adrián Zuluaga, que fue interrumpido por Julián David Correa (Director de la Cinemateca Distrital) quien –para sorpresa de todos- estaba acompañado de Víctor Gaviria. Una semana atrás esto hubiera significado nada, pero ¿Pueden imaginarse, después de casi una semana de profundización y fascinación con Víctor Gaviria, verlo ahí, de pie, en el espacio donde tanto habíamos hablado de él y su obra? era irreal.

Para mi todavía es un misterio cómo Víctor Gaviria hace sus películas, desde la concepción hasta la finalización de la misma y son dudas que quiero dejar en el misterio poético de su realización.

Rodrigo D No Futuro
Rodrigo D No Futuro (1990) – Víctor Gaviria

Víctor Gaviria es un realizador que tiene una idea y la desarrolla con una investigación profunda, trabajando con personas reales que se convierten en los personajes justos para que la historia sea sincera y con una credibilidad indudable en pantalla. Mágicamente fusiona la realidad con la ficción, y muestra la violencia inherente a la cultura en ciertas circunstancias, sin juzgarla, tan real y tan bella, aún para quienes sólo la conocemos catárticamente a través de su cine.

Es de alguien grande poder mostrar a Mónica (La vendedora de Rosas) en su violenta y cruda cotidianidad, sin faltarle al respeto, sin juzgarla a ella ni a los demás, y dejando la sensación de que no hay culpable y no hay remedio; es casi un alivio “culposo” -pero completamente compartido con el personaje- cuando al final ella se re-encuentra con su abuelita. Es de alguien visionario, (a través de Rodrigo D. No Futuro), abordar las consecuencias de la violencia rural metida en la periferia de la ciudad y darle voz a toda una generación que vive hoy sin pensar en mañana, en el límite -y casi juego adolescente- entre la vida y la muerte. Y es de alguien muy consciente plantear la situación de una familia en Medellín (en Sumas y Restas) que sin buscarlo, se ve envuelta en el narcotráfico y sobrevive a su vórtice; en una época en donde el mismo Gaviria dice que en Medellín “era mal visto no consumer drogas en un reunión”. Como dijo Julián David Correa, en la conferencia que mencioné anteriormente, “Ninguno de esos pequeños actores es una percha para colgar discursos, todos son ellos mismos, tanto en los filmes, como en la vida y en sus violentas muertes”.

Independientemente de cómo haya sido su primera vez con Víctor Gaviria, los invito a re-ver su obra; su cine se mantiene vigente con el paso del tiempo y genera reacciones distintas en públicos diversos. Y volvámoslo a ver en 10 años a ver qué pasa, a ver qué genera, a ver qué nos dice.

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Andrea Barragán R
Egresada del programa de Medios Audiovisuales con Énfasis en Cine del Politécnico Grancolombiano. Generalmente me desempeño como Continuista en Cine Digital. Actriz en la serie web Casa de Muñecas. http://flavors.me/andreabarragan

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1 Para más información pueden ir a http://catedracinemateca.blogspot.com
2 La conferencia se puede encontrar aquí: http://catedracinemateca.blogspot.com/2013_10_01_archive.html