Iconoclasistas____Iconoclasistas:
espacio de experimentación, recursos libres y talleres de creación colectiva
[textmarker color=»F76B00″ type=»background color»]INVESTIGACIÓN[/textmarker]
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Nota de Visaje: Cuando propusimos la relación entre estética y política como tema para nuestro nuevo número, lo hicimos en parte influenciadas por varios encuentros que tuvieron lugar en Cali, nuestra ciudad, en donde se problematizaba este asunto del arte-político que ha vuelto a resurgir como un lugar más desde el cual situarnos, para pensar en los conflictos que desbordan nuestro territorio latinoamericano. Uno de esos encuentros fue con los Iconoclasistas, quienes vinieron desde Argentina para compartir, en un taller de tres días, su experiencia en cartografía social. Los incluimos en este número no solamente porque el taller que ofrecieron fue un gran aporte para pensar en el segundo número de la revista, sino para que desde el arte, la sociología, la antropología, la literatura, la realización audiovisual etc., cualquier persona interesada se deje llevar por la experiencia del mapeo, el diseño, la memoria y el conflicto.

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Somos un dúo que desde el año 2006 combina el arte gráfico, los talleres creativos y la investigación colectiva a fin de producir recursos de libre circulación, apropiación y uso, para potenciar la comunicación, tejer redes de solidaridad y afinidad e impulsar prácticas colaborativas de resistencia y transformación. Todos los recursos y prácticas se comparten en la página web, permitiendo que lo producido se emancipe no sólo de las trabas de la propiedad privada, sino también de las limitaciones (económicas, físicas, geográficas) impuestas en cuanto a su posibilidad de acceso. El sitio web funciona como un soporte multimedia de difusión que potencia la socialización y estimula la apropiación a través de licencias Creative Commons [Licencia Atribución-NoComercial-CompartirIgual 2.5 Argentina (CC BY-NC-SA 2.5)]. Los recursos que se suben a la web son abiertos, por lo que pueden ser reapropiados, reproducidos y reformulados, convirtiendo el soporte virtual en una herramienta de apropiación colectiva, que estimula un intercambio desjerarquizado donde los usuarios pasan a ser productores a partir de retomar las producciones liberadas.

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TALLERES DE MAPEO COLECTIVO
Y DISPOSITIVOS MÚLTIPLES

Desde el año 2008 comenzamos a viajar por distintas ciudades de Argentina, Europa y Latinoamérica, organizando talleres de mapeo colaborativo con agrupaciones sociales, estudiantiles, culturales y artísticas. A lo largo de estos años fuimos estimulando la creación de paneos, aproximaciones, enfoques y dispersión de las miradas colectivas, sobre situaciones y panoramas, para desplegar la reflexión sobre un territorio común. Creemos que el diseño y producción de todo este herramentario, en su reapropiación y uso, evidencia el potencial crítico y político de los dispositivos gráficos y artísticos. Una caja de herramientas libres para impulsar un activismo creativo con inserción territorial, en el marco de un proceso emancipatorio que se encarna en nuevas prácticas, discursos y cuerpos. Con los talleres impulsamos un trabajo colaborativo en mapas y planos cartográficos que mediante la socialización de saberes no especializados y experiencias cotidianas de los participantes permiten compartir conocimientos para la visibilización crítica de las problemáticas más acuciantes del territorio, identificando responsables, conexiones y consecuencias. Esta mirada es ampliada en el proceso de rememorar y señalizar experiencias y espacios de organización y transformación, a fin de tejer la red de solidaridades y afinidades. Cuando hablamos de territorio estamos aludiendo no sólo al espacio donde estamos asentados sino también al cuerpo social y a las subjetividades rebeldes.

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[textmarker color=»c9c9c9″ type=»background color»]Desnaturalizar las representaciones hegemónicas[/textmarker]
Partimos del conocimiento que la confección de mapas es uno de los principales instrumentos que el poder dominante utiliza para la apropiación utilitaria de los territorios, lo cual incluye no solo una forma de ordenamiento territorial sino también la demarcación de fronteras para señalar los nuevos ocupamientos y planificar las estrategias de invasión, saqueo y apropiación de lo común. De esta manera, los mapas que habitualmente circulan son el resultado de la mirada que el poder dominante recrea sobre el territorio para producir representaciones hegemónicas funcionales al desarrollo del modelo capitalista, decodificando el territorio de manera racional, clasificando los recursos naturales, características poblacionales y el tipo de producción más efectiva para convertir la fuerza de trabajo y los recursos en capital. Esta mirada científica sobre el territorio, los bienes comunes y quienes lo habitamos se complementa con otras técnicas escrutadoras del cuerpo social, como la videovigilancia, las técnicas biométricas de identificación y las fórmulas estadísticas que interpretan situaciones y ofrecen información que permite la ejecución de mecanismos biopolíticos orientados a organizar, dominar y disciplinar a quienes habitan un territorio.

Entendemos que las sociedades actuales están signadas por una precarización de la existencia que penetra la vida en múltiples aspectos: atravesando la configuración urbana como faro de vigilancia, resquebrajando los lazos sociales por la retórica del miedo, desamparando en las instituciones públicas los derechos sociales más básicos, haciendo carne la violencia simbólica en el imaginario cotidiano, degradando la experiencia de lo común y obturando las formas perceptivas en el abismo del sobresalto. Es por ello que a través de los talleres retomamos herramientas que nos permiten recrear colectivamente panoramas complejos para profundizar miradas críticas y potenciar subjetividades alertas y activas, imprescindibles en la protección de los bienes comunes, la lucha contra los procesos de colonización y privatización de lo público y la constitución de nuevos mundos. Compartir conocimientos y experiencias sobre determinadas temáticas y problemáticas impulsa la creación de relatos colectivos anudados a partir de lo común.

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[textmarker color=»c9c9c9″ type=»background color»]Elaboración de mapas colectivos[/textmarker]
Los talleres de mapeo activan procesos de territorialización, socializan prácticas, y permiten elaborar estrategias emancipatorias para el conocimiento colectivo y la transformación social. Los mapas funcionan como herramientas que generan instancias de trabajo colectivo y permiten la elaboración articulada de narraciones que disputan e impugnan aquellas instaladas desde diversas instancias hegemónicas (no sólo políticas, sociales e institucionales, sino también las correspondientes a la opinión pública y a los medios masivos de comunicación, y aquellas asociadas al nivel de las creencias, mandatos y formas del sentido común). Así se potencian los procesos de reflexión colectiva mediante la organización de relatos dispersos en un soporte común que permite la visualización de un horizonte de posibilidades, impensadas hasta el momento.

En los talleres trabajamos junto a estudiantes, organizaciones barriales, movimientos sociales, artistas, comunicadores y todos aquellos que se sientan interpelados a pensar colectivamente su territorio. Partimos de representaciones hegemónicas (como un mapa catastral con fronteras prediseñadas), pero el proceso de construcción e intercambio de saberes le imprime prismas particulares a la creación, producto de las diversas miradas operantes sobre el espacio. Si se dispone de tiempo los mapas también pueden dibujarse a mano, jugando con fronteras y formas. Sabemos que partimos de un límite al trabajar con mapas, pues estamos intentando recortar una mirada sobre realidades que no son estáticas sino que están en permanente cambio. Es por eso que sumamos a los planos cartográficos el diseño de dispositivos múltiples para señalizar flujos, procesos, conexiones, planos subjetivos, plataformas corporales, etc., incluyendo modos de expresión y representación populares, simbólicos y de fuerte presencia imaginativa.

A partir de la socialización de la herramienta en talleres, los participantes retoman dinámicas y recursos para activar en espacios propios desde sus inquietudes y necesidades. Hay que tener en cuenta que estas herramientas no producen transformaciones por sí mismas, sino que se articulan en un complejo y profundo proceso de organización y práctica colectiva que es potenciado desde el trabajo colaborativo en estos soportes gráficos. No hay que olvidar que el mapeo es una herramienta que muestra una instantánea del momento en el cual se realizó pero no repone en su completud una realidad territorial siempre problemática y compleja. Más bien transmite una determinada concepción colectiva sobre un territorio dinámico y en permanente cambio, en donde las fronteras (reales y simbólicas) son continuamente alteradas por el accionar de cuerpos y subjetividades. Entonces los mapas deben ser parte de un proceso colectivo en movimiento, una estrategia más, un medio para: la reflexión, la socialización de saberes y prácticas, el impulso a la participación colectiva, el trabajo con personas desconocidas, para intercambiar saberes, disputar espacios hegemónicos, potenciar la creación e imaginación, problematizar cuestiones específicas, visualizar las resistencias, señalar las relaciones de poder, etc. Así el proceso de trabajo en los talleres se completa con las apropiaciones, interpretaciones y traslados que impulsan los participantes, extendiendo el cuestionamiento de lo simbólico a una dimensión real mediante prácticas de organización, resistencia y emancipación.

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TALLER DE MAPEO COLECTIVO
EN LUGAR A DUDAS, CALI*

Realizamos un taller de mapeo colectivo en la ciudad de Cali con el objetivo de propiciar un ambiente de intersección entre prácticas colaborativas, pedagógicas y de código abierto, con prácticas activistas y de intervención social y artística, utilizando las cartografías y la reflexión crítica como recurso clave. Invitados por Miguel López quien, como curador invitado, armó una nutrida programación con la intención de “reintroducir una serie de debates en torno a la capacidad política de la imagen para generar otras representaciones, intentando concentrarme en experiencias y dinámicas que han surgido en el sur”. El taller se desarrolló del 28 al 30 de noviembre de 2012 en el espacio independiente de creación artística Lugar a Dudas. Algunos de los talleristas que acudieron habían participado en los encuentros anteriores con Marcelo Expósito y con los Erroristas y otros ya estaban realizando sus propias experiencias con mapas; razones que propiciaron un clima de mucho entusiasmo y participación.

1era Jornada

El primer día fue enmarcado por un trabajo bien intensivo de acercamiento territorial a la cartografía caleña. Comenzamos con un ejercicio individual sobre un mapa de Cali en pequeño tamaño, donde les pedimos a los talleristas que reflexionaran y rememoraran zonas, espacios, rutas, lugares, itinerarios, de disfrute y malestar, basados en su propia experiencia pero también en los discursos y expresiones de “sentido común”, en los de los medios masivos de comunicación, en los de sus familias, etc. Luego cada uno fue compartiendo con el resto del grupo estas impresiones, mientras nosotros sistematizábamos esa info en un gran mapa de Cali. Esto nos permitió visualizar colectivamente zonas de interés, núcleos claves de intervención, lugares ampliamente desconocidos, etc. Algunos resaltaron la fuerte identidad de los barrios de Cali en contraposición con la crianza en las unidades residenciales. Otros caracterizaron algunos de los principales barrios: el centro como lugar de cruce de diversas identidades y como zona de “rebusque”, de supervivencia; San Antonio como núcleo cultural y de resistencia al avance de la gentrificación; las profundas problemáticas sociales y urbanísticas de ‘La Olla’. También se resaltó el crecimiento de la ciudad y cómo se está extendiendo fuertemente hacia el sur, en una zona históricamente poblada por asentamientos, que ahora conviven con “ciudades jardines” de clases más adineradas.

Mucho se debatió sobre otras cuestiones, pero algo interesante que surgió fue el cuestionamiento acerca de cambiar las rutinas cotidianas de desplazamiento, pues se visibilizó con fuerza una amplia zona desconocida para la mayoría de los talleristas: el oriente caleño que fue designado como “ciudad invisible”. Asociado a esto, surgió la crítica hacia el sistema de transporte hegemónico que funciona desde el 2008 (llamado MIO) que obligó a los habitantes a reemplazar el mapa emocional de desplazamiento por un formateo racional de paradas de bus preestablecidas y rutas determinadas. De este trabajo de mapeo también surgieron las fronteras reales que limitan y configuran la ciudad, como los ríos y las montañas, y las fronteras simbólicas e imaginarias que se posicionan en el acceso o tránsito por ciertas zonas (la estigmatización, el discurso del miedo y de la inseguridad de los medios de comunicación, la criminalización de la pobreza. Pero también la militarización, las problemáticas asociadas al narcotráfico, los desplazados, etc). Finalmente, un momento de distensión lo marcó el relato de la cantidad increíble de personajes populares que pueblan Cali, como la pintoresca estatua de Jovita –la “reina de Cali”-, y las leyendas y mitos que se afianzan, como la presencia de un ser diabólico –Buziraco- contenido entre tres cruces en la cima de uno de los cerros.

Aprovechando este clima realizamos una dinámica lúdica de separación en grupos, a fin de trabajar en dos grupos un gran mapa de la zona centro de Cali dividido en dos partes. Cada grupo tenía la mitad de un mapa y una serie de íconos para señalizar las alternativas culturales y de activismo artístico que se ubican/desarrollan en esa zona, pensándolas en un amplio espectro: cultura libre, prácticas colaborativas, de código abierto, biciactivismo, intervenciones urbanas, software libre, huertas comunitarias, comercio justo, etc. La idea de este ejercicio fue la de comenzar a visibilizar las redes de prácticas alternativas y de transformación, tejidas para el conocimiento, los afectos, la solidaridad y la acción. Todos intervinieron en las dos mitades, pues fueron intercambiadas en un momento, y como cada grupo tenía íconos diferentes el resultado fue complementario y se colgó de la pared para que pudiera seguir siendo completado a lo largo de esos días.

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2da Jornada

Comenzamos con una presentación sobre nuestro trabajo con el objetivo de compartir experiencias, modalidades de trabajo y aproximaciones a la potencialidad de la herramienta cartográfica, profundizando en el porqué trabajamos con los mapeos colectivos. Al finalizar la presentación les propusimos que pensaran –de forma individual o en pequeños grupos, y a partir de lo que surgió en el mapa del primer día- temáticas o zonas de interés por las cuales les gustaría realizar un recorrido, para señalizar diversas cuestiones y partir de una hipótesis o ciertos objetivos planteados. Esto se definió rápidamente y se organizaron seis equipos de mapeadores que realizaron la actividad al día siguiente.

Luego nos dividimos en dos grupos para trabajar sobre mapas del Valle del Cauca en dos líneas de reflexión: problemáticas señalizadas a partir de una serie de íconos y símbolos (exclusión, abandono, violencia, sumisión, control, complementados con flechas de flujos, alambres de púa, etc), y las resistencias simbolizadas a partir de diversas imágenes de interpretación abierta. Los mapas fueron impresos en papel vegetal. En la puesta en común comenzamos con las problemáticas y luego superpusimos el mapa de resistencias y alternativas para marcar un contrapunto de acción y organización que sorprendió a muchos. Mientras esto se realizaba fuimos convocando a los diversos grupos para que definieran el recorte territorial, y luego imprimimos pequeños mapas para facilitar el trabajo de señalización.

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3era Jornada

Cada grupo realizó su recorrido en la mañana y a medida que cada equipo fue arribando les propusimos que señalizaran en un mapa común los vectores principales revelados, para que quedara una síntesis de los temas y problemáticas a la hora de la puesta en común. Para ello también contaban con una serie de íconos-relato sobre la “precarización de la existencia”, abordada en sus múltiples aspectos. Luego pasamos a la presentación colectiva de las seis experiencias:

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1. Mapeo urbano Fray Damián

Este equipo estuvo formado por tres comunicadoras –Lina, Catalina y Melissa – quienes ya se encontraban trabajando en la zona conocida como ‘La Olla’, analizando los usos del espacio público en períodos de transformación urbana y procesos de gentrificación. Ellas trabajan con una familia que vive frente a una de las estaciones de bus implementadas por el servicio de transporte MIO, que está cambiando la forma de transitar y habitar la ciudad, y que en el caso de la familia implicó un cambio drástico, pues de ser una zona históricamente marginal y desplazada, ahora se encuentra con riesgo de expulsiones masivas de sus vecinos. Trabajaron con los niños recogiendo su relación con la estación, reflexionando sobre cómo la convirtieron en espacio de juego y generaron un uso social como resistencia frente al proceso de privatización del espacio público. Uno de los objetivos de este trabajo es que la familia conozca lo que ocurre en su barrio. Y para el ejercicio del taller sistematizaron la información que ya tenían en dos mapas (proceso que hasta ahora no habían realizado): uno mostraba el proyecto urbanístico de la Alcaidía para la zona y el otro revelaba las “experiencias” sobre el sector, tanto de ellas como de la familia (zonas de afecto, de malestar, de placer, etc), también las problemáticas de la zona fueron relatadas utilizando íconos de precarización (ruido, basura, peligro, inseguridad, etc).

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2. Mapeo de la memoria Barrio San Antonio

Fernando planteó realizar un trabajo sobre este barrio tradicional, de casi dos siglos de existencia, de arquitectura colonial, calles empedradas y con una increíble gama de historias que lo recorren completamente. Rescató el fuerte proceso de resistencia de los vecinos para no ser expulsados por las elites caleñas, referenciando el desarrollo de la especulación inmobiliaria que hoy por hoy se vive allí. La población fue creciendo paulatinamente a fines del siglo XIX y principios del XX, sobre todo con la llegada de migrantes del Valle del Cauca, muchos de ellos desplazados por la guerra de los mil días (1899-1902). Fernando planteó la inquietud de seguir trabajando la zona a partir del relevo de historias orales, personajes arquetípicos, los cambios arquitectónicos, las leyendas y mitos de la zona, las tiendas de ayer y de hoy, las zonas de recreación, las huellas actuales de la época de las carboneras, develando las capas de rugosidades que se superponen en este increíble paisaje barrial.

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3. Mapeo de las rutas del alimento Galería Alameda

Una propuesta de Violeta, que rápidamente halló eco en otras talleristas – María Paola, Susana, Rocío-, fue la de visitar uno de los principales mercados de Cali para indagar por las rutas de comercio y los lugares de los cuales provienen frutas, verduras, y alimentos que se comercializan allí. Arribaron muy temprano al lugar (antes de las 6AM), con la idea de hablar con los transportistas, quienes les clarificaron la ruta de intermediarios de los alimentos hasta llegar al mercado. Los puesteros conocían perfectamente de dónde provenía cada alimento, los procesos de cultivo, las temporadas de consumo, etc. Evidentemente, el mapa les quedó chico y plantearon la inquietud de continuar el proceso cartográfico utilizando un mapa ampliado de la zona para revelar rutas, galerías, mercados, medios de transporte, intermediarios, monopolios, regiones, etc., con miras a elaborar un “Manual de compra por temporada” para fomentar el cuidado del medio ambiente y el consumo por estación (teniendo en cuenta que la diferencia entre estaciones no se vive climáticamente).

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4. Mapeo paisajes sonoros San Nicolás

Margarita y Joaquín sumaron fuerzas para derivar por otro de los barrios tradicionales de Cali, ubicado en la zona céntrica. Fueron para grabar los sonidos emitidos por las imprentas mecánicas de la zona que se resisten a entrar a la era de lo digital. Comentaron que en San Nicolás a las 6 de la tarde, todo el paisaje cambia: si de día es un lugar que se moldea al ritmo de la actividad económica, por la noche se impulsa al ritmo de las rumbas y la prostitución. Pudimos escuchar algunos de los sonidos grabados y ver su mapa de referencias. En este punto algo interesante surgió: la posibilidad de que las personas referencien la ciudad a partir de los sonidos predominantes; algo que va cambiando, o impone otras formas, al mapa subjetivo de referencias. Así compartieron su reflexión acerca de cómo el sonido va generando territorios diferentes a los enmarcados por el catastro. Ellos consideran el sonido como hecho estético, y han generado proyectos con la idea de indagar por el patrimonio inmaterial de la ciudad, evidenciando un paisaje que cambia constantemente al ritmo de las transformaciones urbanas y culturales. Joaquín comentó que la investigación sobre paisajes sonoros comenzó en 2008 (momento en que comienza a funcionar la red de transporte MIO), intentando revelar el cambio de los sonidos ambientales, antes y después de la instalación de las estaciones.

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5. Mapeo exploratorio Agua Blanca

A este lugar concurrió la audaz Andrea. Este territorio es una amplia extensión que se ubica en la zona oriental de Cali, que apareció el primer día del taller como territorio inexplorado, desconocido, peligroso. Andrea relató que primero tuvo que superar las fronteras imaginarias, y sortear los prejuicios de quienes le decían que no fuera. Ella quería saber sobre las problemáticas del barrio y complementó su mirada con los datos que le proporcionó una fundación que trabaja en la zona. Así se fue enterando de la violencia entre pandillas, el narcotráfico que se reparte los barrios, los vínculos con altos estratos de la ciudad. Pudo mapear las zonas más violentas y de mayor enfrentamiento. Contó que varios vecinos le dijeron que no les gustaba que se acercaran investigadores o estudiantes de la universidad, porque sólo muestran el aspecto negativo del barrio. Nunca lo positivo o una propuesta de mejorar la situación, y se sienten usados. En este punto otros miembros del taller intervinieron para contar aspectos poco conocidos de la zona: por ejemplo, cómo los vecinos se empoderaron de la herramienta audiovisual y de la música para crear documentales y canciones que muestran aspectos identitarios y de la vida cotidiana desde quienes habitan el lugar. También comentaron el “movimiento de las peluquerías”, donde el arte de trenzar los cabellos se remite a tradiciones ancestrales impulsadas por afrodescendientes que cartografiaban en sus cabezas los caminos de escape. En este contrapunto se debatió acerca de la proyección de la mirada territorial colectiva que toma estado público, subrayando que los objetivos deben estar claros y se debe tener especial cuidado en no reproducir los discursos de los medios y sí visibilizar las voces silenciadas y otras miradas territoriales.

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6. Mapeo al azar de La Selva a La Luna

Una parte del colectivo Péguele al mapa – Oscar, Alejandro y Lorena – realizó un recorrido en bici cartografiando estos barrios, para descubrir diversas cuestiones. La Selva es un barrio popular, con viviendas para empleados públicos, cruzado por tres vías férreas que actúan como arterias comunicantes. El proceso de canalización de ríos trajo como consecuencia zonas aledañas sucias, llenas de roedores, con el agua contaminada por los desagües. Sin embargo, destacaron que las tierras son fértiles y que es un sitio potencialmente lleno de vida para cultivos a futuro. En el recorrido también notaron el impacto de la renovación urbana: las megaobras impulsadas por la extensión del MIO, los puentes de descongestión vehicular. En un principio ellos quisieron revelar los lugares de arreglo de bicis, pero toda esta panorámica les evidenció la dificultad de los traslados en dos ruedas, los peligros por la velocidad de los automotores y los riesgos. Ya en el barrio La Luna, notaron el punto de encuentro de las vías, zona de mucho comercio y rumba, y de gran cantidad de circulación de personas. Destacaron que es como un pequeño centro antes de llegar al centro principal de Cali. Durante el recorrido revelaron las zonas de moteles, la gran presencia de antenas y cámaras de vigilancia, lo cual vincularon al nuevo “plan de convivencia ciudadana” donde se postula “proteger” zonas públicas mediante vigilancia, pero que en realidad está más orientado al disciplinamiento y a favorecer un consumo “seguro”.

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El taller colectivo fue un ámbito de ricas experiencias y nuevos aprendizajes. Un agradecimiento especial a nuestros anfitriones, Miguel López y Lugar a Dudas, y a todos los talleristas que nos entusiasmaron con su compromiso, propuestas y modos de encarar las prácticas cartográficas.

Participantes: Andrea Gómez, Margarita Leonor Cuellar, Joaquín Llorca, Connie Gutiérrez Arenas, Lorena Marín, Oscar Narváez, Susana Belmondo, Violeta, Alejandro, María Paola Herrera, Lina Sánchez, Catalina Ballesteros, Melissa, Carmen, Rocío Herrera, Fernando Hidalgo, y la participación intermitente de Miguel López y la gente de Lugar a Dudas.

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* Esta crónica fue publicada originalmente en http://iconoclasistas.com.ar/2012/12/10/tallerencuentro-de-mapeo-colectivo-en-cali-colombia/

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